24.6.04

"TO GO AWAY OR TO REMAIN?" IS THAT THE QUESTION?

Por Luis Alberto Lecuna

¿Irse o quedarse? Esa es la pregunta que se hacen miles de argentinos que viven (o sobreviven) acosados por una recesión económica que ya lleva varios años y con escasos indicios de que termine.

Una tanguera bruma de melancolía, desilusión y desesperanza se ha apoderado de los argentinos, que siguen sin ver la luz al final de este oscuro túnel de recesión económica que ya lleva tres años...

Solamente Domingo Cavallo, el "Superministro" de Economía, es el único que no sólo no está "bajoneado", sino que exhibe una euforia y un entusiasmo a toda prueba.

Amparado por el fuerte respaldo que el FMI le dio a él y al país, diciendo que las medidas que está tomando merecen el respaldo internacional, el hiperkinético Cavallo se muestra seguro y optimista como siempre en cuanto reportaje se le hace.

Pero como dice el dicho campero: "El que se quema con leche...", los argentinos siguen desconfiando de sus gobernantes, hasta que no vean señales claras de reactivación, de disminución del gasto público, de los exorbitantes sueldos de muchos funcionarios, de... El megacanje como usted sabrá, querido lector de EL SUPLEMENTO, consiste en reemplazar bonos de la deuda externa argentina que ya están por vencer, por otros bonos a 5, 10, 20 o 30 años a mayor interés. En otras palabras, un desahogo financiero ahora, y un mayor ahogo financiero a futuro...

Pero a fuer de ser sincero...¿Qué otra medida queda para no caer en el default? Cavallo quiere unos cuatro o cinco años de tranquilidad para intentar reactivar una economía aniquilada por un pésimo concepto de lo que son los procesos de globalización y de cómo hay que situarse como país ante los mismos.

Por otro lado, es cierto que un hombre con la ambición de poder que él tiene, está apostando todo a ganador para llegar de manera inmejorable como candidato a presidente de la Nación en el 2003. Y en los próximos años, si le va bien a Cavallo, le irá bien a Argentina que en este momento no tiene otra salida a la vista (salvo Ezeiza), en el alicaído y desprestigiado panorama que brindan los políticos argentinos.

Aún así, el país sigue gastando más de lo que ingresa, y así no hay empresa que resista... En otras palabras, Argentina deberá crecer y mucho, para pagar una deuda que se agigantará aún más por los grandes intereses que deberán honrarse... (Se está hablando de un 15%)

Recuerdo un dicho que viene al caso: "Cuando uno debe, el problema es del que debe; pero cuando uno debe muchísimo, el problema es del que debe y del que le prestó". Esta parece ser entre líneas la razón de tanto auxilio externo por parte del FMI con el "blindaje", y tanto apoyo discursivo al "megacanje"... Sin estos recursos, Argentina en poco tiempo entraría en cesación de pagos, y el problema no sería entonces solamente de los argentinos sino también de sus acreedores...

En tanto, las colas de argentinos en las Embajadas de USA, España e Italia, para obtener su visa de residente o su pasaporte de la Comunidad Europea, se suceden unas a otras, provocando la perplejidad de quienes seguimos firmes, luchando por esa idea de una Argentina mejor, tratando de poner nuestro granito de arena en pos de esa patria que nos enseñaron en la escuela que debíamos construir con el ejemplo diario...

Les cuento por caso, que estoy sumamente orgulloso de formar parte de un equipo que dirige un colegio de vanguardia, que nada tiene que envidiarle a ninguna institución de jerarquía del "primer mundo". Un colegio donde aprenden English as a First Language, Francés y Portugués, que manejan tecnología de punta, con alumnos pensadores críticos y creativos...

Ex-alumnos nuestros están tanto en la Universidad de Buenos Aires como en la prestigiosa Universidad Di Tella, en Alabama en Birmingham, en Florida, Tampa, en la Universidad de Washington y hasta una ex-alumna cursando un semestre en La Sorbona. Pero también les digo que seguir adelante aquí es cada vez más duro, y el panorama parece un campo de batalla: en los últimos años, sólo en Buenos Aires han cerrado sus puertas unos setenta colegios privados...

Hace unos días le pregunté por Email a una colega por qué hizo lo inverso a la tendencia: de vivir con su familia en California, decidió volver a nuestro país, donde están sus padres. Esta excelente docente, cuando le pregunté sobre lo extraño de que habiendo vivido tanto tiempo en Estados Unidos no tengan deseos de volverse, me contestó entre otras cosas:

Dear Doctor: Regarding my home place: believe me it is a "hot" issue for me. My husband is always going around this point and trying to convince me to return to the USA to live. I LOVE Argentina, and I want my kids to grow up here, but I realice that every time it gets harder and harder for me to defend things here.
I always say that this country has much more virtues than USA but of course things are getting difficult here. I want my kids to grow with their whole family (grandparents, cousins, etc). Education is another big point. Believe me Dr. Lecuna, that High School and Elementary in the States are a nightmare!!!!! The level is so low that sometimes you cannot believe it. That´s why when people bring things that come from the US educational system I am horrified!!!!. Even the USA has seen this and is desperate to change things. They are in some way, going back to the old system (believe it or not). This is what was going on in California, which is one of the leading states in many ways."


Yo que he tenido la posibilidad de viajar a menudo, me he percatado de los problemas de la escuela pública, y he escuchado de boca de los mismos americanos del Norte que los docentes son "functionally illiterates", y que el problema de la educación en USA no es económico sino de "responsibility" y de "accountability"... ¿No es oro todo lo que brilla?

Argentina durante décadas fue un foco de cultura que irradió su fulgor en todo el mundo de habla hispana. Aún hoy, en medio de quizás la más profunda decadencia, muchos docentes delirantes, líricos y locos, escasos de medios y esperanzas, siguen luchando desde su puesto mal pago en las Universidades Nacionales (Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Tucumán, Rosario, etc.), o en sus puestos de maestros rurales y de frontera en tantas escuelitas carenciadas desplegadas a lo largo y lo ancho del país, a la espera, de que alguna vez Argentina retome el rumbo que hace tanto tiempo no encuentra, con políticos probos, con empresarios con sentido de pertenencia, con inversores nativos que en vez de tener más de ciento sesenta mil millones de dólares en bancos del extranjero, tengan la suficiente garantía de que no van a ser esquilmados por gobiernos corruptos y derrochadores, y por leyes que en vez de protegerlos los desalienten, y apuesten al país, como lo hacen chilenos y brasileños con sus naciones.

Argentina merece un destino mejor que el de país emergente y eternamente postergado. Y nuestro futuro depende de todos los argentinos: los que estamos acá, luchando como podemos, y los que están afuera pero llevan la patria en su corazón, y que con su don de gente y su cordialidad, dejan bien parada a esta tierra que esperamos todos, pueda en este siglo surgir como "una nueva y gloriosa Nación"...

Por eso entiendo que la pregunta no es si "irse o quedarse"... Me animo a decir sin equivocarme que todos los que se fueron siguen teniendo adentro suyo a la patria en el recuerdo, en la nostalgia, en el tango y el folclore, en el mate y los asaditos, en el corazón y en la mente... Mientras que muchos de los que se quedaron, tienen menos sentido de pertenencia e identidad que los que se fueron, y operan en consecuencia...

El asunto entonces está precisamente en esto: En Argentina o en el extranjero, hacer profesión de fe de nuestra argentinidad, amar a la patria, ser dignos de ella, luchar desde nuestro campo de acción por una Argentina mejor, hacer control de gestión de nuestros empleados, los gobernantes, hacer que los extranjeros amen al país a partir de nuestras actitudes, mostrar y demostrar nuestra identidad, nuestro sentido de pertenencia, nuestro respeto por las manifestaciones de su cultura.

Por eso, recordando a Ortega y Gasset, termino con aquella famosa frase dicha para sacudirnos y despabilarnos de una vez por todas, en este nuevo siglo: "¡Argentinos, a las cosas!"