1.8.04

REFLEXIONES DEL MAESTRO





“Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades,
las mayores caerían sobre las clases dirigentes. ¡Si resurgiera San Martín caparía a lo paisano varias generaciones de mandantes!”

René Favaloro


Hace ya cuatro años, movido por la indignación y la cuota de vergüenza que me correspondía, escribí una artículo sobre la muerte del Dr. René Favaloro, al que titulé "El Asesinato de un Maestro". Les mandé la nota a varios amigos, evidentemente algunos de ellos la enviaron a otros amigos, alguien la publicó en una lista de correos, y por esas cosas de Internet, tuvo una distribución masiva en la Red.

El artículo recorrió el mundo, y llegó a muchísima gente. Entre ellos, Pablo Garriga, quien por medio de un mail me solicitó autorización para publicarlo en El Suplemento.
A partir de allí generamos un vínculo virtual que continúa hasta nuestros días, y que implicó el desafío de escribir un informe mensual para los argentinos de la diáspora, aquellos que por distintas circunstancias están alejados de su tierra natal, pero con el alma y su corazón en las lejanas pampas.

Favaloro nos dejó un maravilloso ejemplo de vida: honestidad, trabajo con pasión, esfuerzo y sacrificio sin límites, cultivo activo de la ética, humildad, trabajo en equipo, sacrificio de lo individual en beneficio de lo colectivo, sensibilidad social, respeto por la verdad...Pero lo más patético de su entrega, fue que por la inoperancia del Estado, por la mediocridad de nuestros políticos, terminó dejándonos también un terrible ejemplo de muerte.

Una característica fundamental de su personalidad, y que obviamente era absolutamente diferente de la mayoría de nuestros connacionales, era su voluntad de "hacerse cargo" de su cuota parte de responsabilidad como integrante de la sociedad. Por lo general, el argentino es individualista, piensa en sí mismo, y sólo reacciona cuando siente un perjuicio personal, más por interés propio que por ser integrante de la comunidad nacional. El concepto de “trabajar hasta el sacrificio” no existe en su código de vida. Un código que sí tenían los próceres fundacionales de nuestra patria.

El Congreso fue ámbito para las coimas, la corrupción, el mirar para otro lado, mientras se convalidaba la aprobación del despojo del patrimonio nacional. Debía haber sido el ámbito del debate de las ideas, la caja de resonancia de las demandas de la sociedad. Pero en los noventa nadie discutía las políticas de Estado, y mientras las fábricas desaparecían, en el país del trigo llegamos por ejemplo, a ingerir galletitas fabricadas en Grecia. Hoy en día, como ya se vendió todo, el mismo Congreso donde aplaudieron con entusiasmo la entrada en default, la quiebra del país, ahora es una estructura vacía, de pasillos desiertos, donde nada importante sucede, por que no tiene agenda propia, y porque el estilo K no necesita del aval de los congresistas para seguir construyendo poder.


Si no estamos dispuestos a comprometernos a luchar por los cambios estructurales que nuestro país y toda Latinoamérica demandan principalmente en educación y salud seguiremos siendo testigos de esta sociedad injusta donde parece que el tener y el poder son las aspiraciones máximas”.

René Favaloro


En el plano de lo teórico, quien sigue la carrera política lo hace con los nobles sentimientos de servir al pueblo, de poner su esfuerzo y su pasión cívica en beneficio de la sociedad, de su progreso y desarrollo, de su mejor calidad de vida. En el plano de los hechos, los políticos dedican sus esfuerzos a construir poder, a permanecer en el poder, mientras incrementan a discreción su patrimonio personal. Y si hacen lo contrario, no se nota, a juzgar por los resultados.

La Democracia como sistema es maravillosa, pero en manos de incompetentes sus logros no existen, y muy por el contrario, su mal uso nos conduce a la degradación social, a nuestra desaparición como nación. En los últimos cuarenta años, Argentina viene cayendo por una pendiente, y en su caída han contribuido todas las expresiones de la política y el poder vernáculos: dictaduras militares, radicales, peronistas, aliancistas… Todos han contribuido eficientemente a la debacle nacional.

El radicalismo que inauguró este frágil período democrático de veinte años, surgió con impensado ímpetu de la mano de Alfonsín, recitando el Preámbulo Nacional y con la bandera de la ética como alternativa a los manejos corporativos del peronismo. Y terminó siendo tan corrupto y prebendario como a aquél a quien pretendía combatir. Unos y otros han tenido como principal preocupación la pelea por cargos, por porciones de poder, por bancas de diputados y senadores, y por el uso clientelístico por parte de caudillos y punteros barriales de los recursos nacionales, desde las famosas "Cajas del PAN" (Plan Alimentario Nacional", hasta los actuales mal llamados "Planes Trabajar".

Porque de eso se trata para la mayoría de ellos la política (que no escuchen San Martín, Belgrano, Moreno, Sarmiento, Alberdi): de “hacer caja” y de perpetuarse en el poder.

¿Un paradigma de los nuevos ricos de la política? Quizás sea el Senador Jorge Capitanich, cuya fortuna personal actualmente bajo investigación, parece ascender a los treinta millones de dólares...


"Todos los problemas de la Argentina están relacionados con la educación. El único nivel educacional que funciona es el del jardín de infantes. El resto la primaria, el secundario, la universidad es un desastre. Y ese desastre se palpa a toda hora. Por ejemplo, a la hora de votar. Porque ¿ cuántos votan por el primer político que les da una botella de vino?. Desgraciadamente millones”.

René Favaloro


¡Qué bien hablan los políticos de la importancia de la inversión privada! ¡Qué discursos maravillosos sobre el valor de la educación como motor de la transformación social!
Pero en los hechos concretos, la realidad es que la educación privada está librada a su propia suerte, sin ningún tipo de apoyo, a pesar del alivio que implica por ejemplo para las arcas fiscales porteñas, donde el 50% de las instituciones son solventadas por el esfuerzo privado. Y la educación pública está en sus contenidos, a años luz de lo que debería ser la formación integral del ciudadano de este nuevo siglo. Una frustración más para agregar a la larga lista de frustraciones nacionales: la inexistente gestión del actual Ministro de Educación, Daniel Filmus…

El clientelismo político sigue a la orden del día. Se habló hasta el hartazgo de reformar la política. Se exigió con vehemencia "Que se vayan todos", como lúcido diagnóstico de que para que la democracia funcione, hay que barajar y dar de vuelta. Pero no se fue nadie. Siguen los mismos de siempre, y los que estaban callados porque les convenía y hacían sus negocios, ahora se despiertan y vuelven a escena para reclamar su tajada. Hasta los "gordos" de la resurgida corporación sindical vuelven en una "remozada" CGT, que vio invadido su espacio de reclamo social de mano del fenómeno piquetero. Detrás del tejido de esta nueva urdiembre están Gerardo Martínez, del sindicato de la construcción, y el gastronómico Luis Barrionuevo, aquél que en un rapto de sinceridad dijo hace unos años que "si en Argentina dejamos de robar por dos años, el país sale adelante…” (SIC)


“La salud tiene un alto contenido social. Mientras la gente siga viviendo en pocilgas, no hay solución...”

René Favaloro


Acaba de anunciar El Dr. K un importante Plan de Viviendas, de montos históricos. Me parece fantástico en la medida que las licitaciones sean diáfanas y alejadas de coimas, corrupción, negociados y componendas, y que haya permanente control de gestión por parte del Estado. Me hubiera gustado más que la cifra de casas a construir hubiera sido cuatro veces superior. La construcción de viviendas es el primer escalón hacia la dignidad humana, hacia la reconstrucción de un país que era ejemplo de desarrollo y educación, y hoy tiene la mitad de su población en la pobreza y casi diez millones de ellos en la indigencia absoluta, a merced de las lacras más terribles y degradantes: hambre, marginación, alcoholismo, drogadicción, prostitución infantil, y campo propicio para el cultivo y desarrollo de la delincuencia en todas su facetas: robos, secuestros, sin ningún respeto por la vida humana.

“La corrupción no es solamente la coima, los funcionarios ladrones, el narcotráfico y el lavado de dinero. Corrupción es también mantener las universidades en un estado calamitoso, una televisión donde sólo hay alaridos y violencia, la injusticia social, la desocupación, la marginalidad”.

René Favaloro


Si bien haber vendido y malvendido todos nuestros intereses estratégicos es algo terrible, no menos terrible es lo que hay debajo del iceberg: inseguridad, desesperanza, marginalidad, ignorancia…
La solución a los problemas de nuestro país se da con incremento de la producción, el empleo, el trabajo, la convivencia organizada, al funcionamiento de las instituciones con funcionarios probos…Y para eso se requiere un cambio cultural. ¿Y quién nos garantiza de que los honestos ocuparán las bancas de diputados y senadores, las intendencias y gobernaciones, cuando la política siempre ha sido campo de acción de los inescrupulosos?
¿Qué rol juegan los medios de comunicación como la TV, en este imprescindible cambio de esquemas mentales? Ninguno.

"Me voy, con la preocupación de una sociedad cada vez más injusta, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desocupación".

René Favaloro


La hipocresía parece ser uno de los patrimonios en ejercicio más comunes del linaje humano. No voy a referirme a ciertas hipocresías mundiales, porque basta ver Fahrenheit 9 /11, o enterarse de los manejos por parte de Aznar de los dineros públicos españoles para acceder a una medalla del Congreso de los EEUU.

Me refiero a la hipocresía de nuestros compatriotas, que se alzan contra la injusticia que repercute en ellos directamente (los ahorristas ante el corralito y la pesificación de sus dólares, por ejemplo) pero a quienes no se les mueve un pelo ante lo que no les influye directamente: niños que son prostituidos o se prostituyen para comer, niños que trabajan y no se educan, gente desnutrida y hambre en el país de las vacas...

Me refiero a la hipocresía de nuestros compatriotas que reclaman la llegada de inversores extranjeros que confíen en nuestro país y nos ayuden a reactivar las industrias, el empleo, y el crecimiento nacional, cuando ellos tienen su propio dinero (ciento cuarenta mil millones de dólares) en cuentas de bancos off shore, y no piensan ni por asomo en traerlo.

Estamos como estamos, porque somos como somos. Por nuestra falta de interés por controlar la gestión de nuestros mandatarios. Porque como bien decía Borges allá por 1946, "El argentino, a diferencia de los americanos del Norte y de casi todos los europeos, no se identifica con el Estado. Ello puede atribuirse a la circunstancia de que en este país, los gobiernos suelen ser pésimos…"


“La crisis en el sistema de salud es un problema serio que irá empeorando si no se toman medidas en el corto plazo. Los índices de mortalidad infantil, pobreza y bajo nivel educativo reflejan que el país ha retrocedido en estos temas claves”.

René Favaloro

¿Cuál es el camino del éxito para un país como Argentina?
¿El que propone Kirchner, con alianzas con Lula, Chavez y Castro, y concretar los “Estados Unidos del Sur”, favoreciendo el desarrollo regional, y estableciendo alianzas comerciales con países no tradicionales como China?
¿El que propone López Murphy, de seguir un camino como el de Chile, que ha crecido vertiginosamente en los últimos 20 años, sin alejarse sino integrándose con los países ricos del planeta?
¿Las posturas de Kirchner y Murphy son antitéticas?
¿Existe todavía una visión de “derecha” y una de “izquierda”, o en última instancia lo importante es ver de qué manera se defienden los intereses estratégicos nacionales y regionales, haciendo alianzas y tratados comerciales con los países que soberanamente se decida, sean del cuño ideológico que sean?
¿Qué es el “progresismo”? La inacción ante la alteración del orden público y los desmanes, para evitar ser tildados de “represores”, o el hacer respetar la Ley y las instituciones? ¿No será ser más progresista por ejemplo, abocarse a generar empleo y construir viviendas?

¿Qué hubiera pasado en Santa Mónica, San Diego, o en alguna ciudad de la Costa del Sol, si un grupo de activistas hubiera intentado ingresar por la fuerza en la sede del poder Legislativo?

A cuatro años de la muerte de Favaloro, el Maestro sigue salvando vidas por medio de quienes aplican sus técnicas, y nos deja este testamento moral, que vale la pena tengamos todos presentes, políticos incluidos, sean de “derechas” o de “izquierdas”…

“Dejo diez reglas de oro para los jóvenes: 1) honestidad; 2) culto a la verdad; 3) defensa de la libertad; 4) lucha por la democracia; 5) solidaridad; 6) responsabilidad y compromiso en todos los frentes; 7) lucha por la dignidad del hombre; 8) pretender una vida mejor en la Tierra; 9) bregar por la unidad latinoamericana; y 10) entender que nada, nada se consigue sin esfuerzo”

Luis Alberto Lecuna
lecuna@elsuplemento.com